Sevilla
Catedral
Real Alcazar
Iglesia del Salvador
Ayuntamiento
Archivo de Indias

VISÍTANOS TAMBIÉN EN...


15.3.- DESCIFRANDO LA TRADICION DE LA PATRONA DE SEVILLA

En la rica tradición de esta ciudad española, se han tejido a lo largo de los siglos historias, leyendas y creencias en torno a diversas figuras veneradas como patronas. Desde la Virgen de la Hiniesta hasta la Virgen de los Reyes, cada una tiene su propia historia y devoción arraigada en la comunidad. Pero, ¿cuál de ellas es la auténtica patrona de Sevilla?

Para arrojar luz sobre este enigma, es crucial sumergirse en la historia y rastrear los orígenes de la comunidad cristiana en Sevilla. Los registros históricos de la Iglesia parroquial de San Vicente revelan datos fascinantes que nos ayudan a comprender mejor esta intrincada tradición.

Hace siglos, el apóstol Santiago partió de Roma hacia España, llegando a Sevilla para iniciar su labor evangelizadora. Aquí, estableció un pequeño grupo de fieles y nombró a un hombre piadoso llamado Pío como su obispo. Pío, un hábil escultor de profesión, nacido en Massia, se convirtió en un líder espiritual en la comunidad cristiana incipiente de Sevilla.

Sin embargo, la historia toma un giro inesperado cuando Santiago y Pío se aventuran hacia el norte, a Zaragoza, para continuar su misión evangelizadora. En un momento de desesperación, la Virgen María se les aparece a ambos, de pie sobre una columna de piedra en una visión que cambiaría el rumbo de la historia. Esta revelación inspiró a Santiago a encomendar a Pío la creación de una imagen que representara a la Virgen María tal como la habían visto. Esta imagen, modelada en barro cocido por el hábil escultor, se convirtió en la primera representación de la Virgen en Sevilla y fue colocada en la primera iglesia cristiana de la ciudad, que probablemente se encontraba en la calle Fray Isidoro.

A lo largo de los siglos, la imagen de la Virgen del Pilar, patrona de Sevilla, fue trasladada a la Basílica de San Vicente. Sin embargo, durante la ocupación árabe en el año 711, esta venerada imagen desapareció, y su destino permanece incierto hasta el día de hoy.

Tras la reconquista de Sevilla por el rey San Fernando, se erigió la catedral, y una nueva imagen de Nuestra Señora, llamada Santa María de la Sede, se convirtió en patrona de la sede episcopal. Justa y Rufina, dos mártires sevillanas, fueron designadas como copatronas de Sevilla en esa época.

En el siglo XVII, la historia da otro giro con el hallazgo de una imagen en el Reino de Aragón, que luego se identificó como Nuestra Señora de la Hiniesta. Esta imagen fue honrada por el Ayuntamiento de Sevilla, convirtiéndose en la patrona de la Corporación Municipal.

Finalmente, en el siglo XX, el cardenal don Pedro Segura y Sáenz designó a la Virgen de los Reyes como la Patrona de la Archidiócesis Hispalense, diferenciándola de la patrona de la ciudad.

Entonces, en resumen, la rica tradición de Sevilla nos presenta múltiples patronas, cada una con su propia historia y devoción. La Virgen del Pilar es la patrona de la ciudad, acompañada por las santas mártires Justa y Rufina. La Virgen de la Hiniesta es la patrona de la Corporación Municipal, mientras que Nuestra Señora de la Sede preside la catedral. Finalmente, Nuestra Señora de los Reyes es la patrona de la Archidiócesis Hispalense.

En Sevilla, la fe y la devoción a estas veneradas figuras han forjado una tradición que sigue viva y continúa enriqueciéndose con el paso del tiempo. Cada una de estas imágenes es un faro de esperanza y espiritualidad para los sevillanos, un testimonio de su profunda conexión con su historia y su fe. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario